Indocumentados de la tercera edad batallan para obtener trabajos

Un trabajador supervisa el hierro fundido durante la producción de utensilios de cocina en una fábrica en el sur de Pittsburg, Tennessee, el 7 de marzo de 2022. Créditos: Bloomberg por Luke Sharrett.
Un trabajador supervisa el hierro fundido durante la producción de utensilios de cocina en una fábrica en el sur de Pittsburg, Tennessee, el 7 de marzo de 2022. Créditos: Bloomberg por Luke Sharrett.

Millones de empleos se perdieron durante la pandemia a pesar de la constante recuperación a nivel nacional. En marzo el Departamento de Trabajo para Trabajos Disponibles y la Encuesta de Rotación Laboral (JOLTS) publicó que habían 11,5 millones de vacantes para ser tomadas.

Sin embargo, en el noroeste de Arkansas, que se considera la segunda zona más poblada, se registró que en el mes de junio se añadieron 114,485 nuevos empleos, lo que superó al año antepasado, cuando se registraron solo 111,669 nuevos puestos de trabajo.

Pese a la lenta recuperación laboral, para Alejandra Medina, de tan solo 19 años y quien su papá se dedica a vender paletas en los parques de Springdale, no es fácil adaptarse a una nueva vida donde su propio padre ya no es ni elegible para obtener un empleo, y mucho más cuando es indocumentado.

"Después de haber perdido su trabajo a causa de su edad, mi papá batalla mucho para aceptar que su tiempo y su situación migratoria, le han jugado una traición combinada", dijo Medina. "Mientras que mi papá aportó mucho dinero para este país, eso no lo consideran los políticos, pues solo quieren recibir pero no devolver, porque es justo que regresen dinero del que se quitó durante muchos años".

Ella nos comentó que su papá lleva casi 30 años viviendo en este país y aún no ha podido arreglar documentos. De todas maneras, él se ha portado a la altura de lo que exigen las leyes de este país.

El Concilio de Inmigración Estadounidense reporta que hay más de 55,000 indocumentados en Arkansas, y que juntos aportaron más de $85 millones de dólares en impuestos federales y $69 millones a nivel local y estatal durante el año de 2018. Sin embargo, a estos nunca se les retribuye nada porque según Michael Ritz, estudiante de economía de la Universidad de California Los Ángeles, a los políticos les gusta quedarse con lo de otros para enriquecerse más.

"Yo no voy a esconder nada para decir lo que a simplemente se mira y se entiende. Los políticos saben muy bien que si ellos aprueban una reforma migratoria, ese dinero que aportaban los indocumentados, ya no los van a poder tener", dijo Ritz.

Ritz dice que los congresistas tienen mucho temor de perder dinero, al cual saben bien que no tienen que rendir cuentas en un futuro, puesto que no existe una legalidad de regresarles esa capital. "Para los legisladores es mejor no arreglar ningún permiso de trabajo para nadie", dijo Ritz.

Precisamente esa falta de voluntad se dio a conocer a finales del año pasado. El senador demócrata por Virginia Occidental, Joe Manchin, y la senadora demócrata de Arizona, Kyrsten Sinema, se opusieron a cualquier intento para ignorar a la parlamentaria del senado Elizabeth McDonough, quien en repetidas ocasiones negó cualquier propuesta de alivio migratorio en paquetes de reconciliación que permite solo 50 votos, más la aprobación de la vicepresidenta Kamala Harris, para convertirse en ley.

Pero no todo está perdido para este sector de la población. A pesar de que no se sabe a ciencia cierta cuántos indocumentados de la tercera edad están sin empleo en el estado, hay varias otras fuentes de ayuda que pueden tomar estas personas. Tanto así que algunos estados y localidades han establecido programas para garantizar el acceso a hogares, y médicos para inmigrantes indocumentados. Esta información se puede conseguir en organizaciones locales que abogan por los derechos de los inmigrantes sin importar su estatus migratorio como el Centro Hispano de Arkansas, la Organización de Mujeres de Arkansas, y Arkansas Unidos entre otras.